miércoles, 8 de junio de 2011

El corazón de centro américa

En San Salvador se me ha suspendido el juicio, trato de muchas maneras de entender esto o aquello. He demorado muchos días pensando y tal vez al amontonarse Tegucigalpa sobre él, Managua sobre ellos dos y después San José de Costa Rica como una anatema; dudo mucho hablar de uno, sin referirme también a cada uno de los demás al menos en alguna medida. San Salvador y Nicaragua comparten el difícil pasado de la persecución y la guerra. Su gente es sumamente sensible al dolor, conocen lo que significa tener que esconder a alguien para evitar que sea asesinado por el gobierno persecutor. Sin embargo, desde mi percepción, han elaborado un relato tan distinto entre ambos, que se me escapan entre las manos las palabras precisas para entender lo que ahí sucede. Una cosa siniestra es patente en ambos lugares, lo mismo que en Honduras y claro, aún Costa Rica y Panamá. La corrupción y el estancamiento de las élites políticas es lo único que puede explicar el terrible contraste y contradicción (pobreza y opulencia) que evidencian sus poblaciones. Los Salvadoreños comparan con anhelo el gran espacio geográfico que guarda Guatemala, los guatemaltecos (o chapines) saben que no es por el espacio que su gente sufre necesidad y carencias aquí y allá. Los salvadoreños ignoran que la población de Honduras sufre la misma necesidad que ellos y los hondureños se sienten comparables en "bienestar" o "necesidad" con Guatemala. El Salvador se transforma en un ombligo, por el que pasan todo tipo de agravios. Su economía, su élite política, su derecho y constitución, han sido importados de norte américa, a través de la torpe penumbra de la "estabilidad económica" para unos cuantos y el agravado esfuerzo de la mayoría, que sostiene ese sistema mal importado, mal pensado, infantilmente seguro o perversamente estable para los intereses de aquellos pocos. El pueblo del Salvador, también tiene religión, limpia y verdadera por parte de sus fieles y turbia sino siniestra por parte de sus dirigentes. El monumento al Divino Salvador del Mundo a medio día, por el fuerte sol que ahí cae sobre la tierra, es un auténtico asador humano. La sombra que proyecta solo puede aliviar a unos cuantos, cerca del centro, en el debido ángulo en que la columna en que descansa el hemisferio y su Salvador sobre él encoronan. El resto de la plaza, el infierno que crea a las doce del medio día, podría representar el lugar donde vive la mayoría de la población, si aquella plaza, donde está aquél monumento, fuera un símbolo monumental de lo que sucede en ese hermoso país. En cada gran ciudad o país existe algo que otras ciudades o países podrían envidiar, tal vez es un lujo, tal vez es la moneda que venden sus gobernantes para decir que han trabajado mucho, tal vez es verdaderamente un logro de ese pueblo (en tanto que él es, quien debería mandar). Esa característica especial, de ese país o ese pueblo, hace que sus ciudadanos, en la más noble de sus percepciones puedan decir en el extranjero que "prefieren su país de origen" por "ello". Por ejemplo: San Salvador tiene una muy eficiente red de transporte en la ciudad, hay rutas para todas partes y su precio es bastante accesible; Guatemala explota su espacio geográfico y eso causa envidia de la buena en otros lugares, cultiva hule, caña, plátano, tabaco, etc. en grandes cantidades, en síntesis hay trabajo del duro, pero hay trabajo, es relativamente barata la vida; Honduras es barato y sus habitantes empobrecidos ven con alivio su producción de carne y las múltiples maneras de recortar gastos aprendiendo a vivir ahí. Honduras está llena de catrachos y catrachas bien alimentadas, de gente desocupada en las calles, de prostitución y de grandes artistas muy poco descubiertos, pero al menos tienen su propia moneda (la lempira), bajos impuestos y siempre existe la posibilidad de vivir aprovechando el mercado negro y la piratería como fuente de ingreso secundaria. Como en Guatemala, el comercio informal está permitido tácitamente así que uno puede auto emplearse si de pronto aprieta la necesidad. Ni qué decir de los costaricences, quienes tienen la vida más cara, un sistema de transporte organizado, fuentes de empleo por todas partes (por las múltiples transnacionales que ahí se establecen para producir sus productos), universidades en varias provincias y una sociedad que promueve "la paz" como un eslogan tan arraigado como el de "solidaridad" (que ya operaba inconscientemente en el ánimo nacional antes de ser explotado políticamente por Carlos Salinas de Gortari 1988-1994) en México. Debería agregar a Costa Rica su vasta y conocida fertilidad natural, pero ya es demasiado que envidiar. En Nicaragua si hay agua! Y nadie lo sabe mejor que ellos. Tan solo el lago más pequeño de Nicaragua tiene las dimensiones de la cuenca del Anáhuac, donde se asentó la cultura Azteca y que ahora ocupa el Distrito Federal, el lago más grande es unas veinte veces más grande que ese. Solo ahí y en Costa Rica el agua se puede beber directamente del grifo sin tener que purificarse, cosa impensable para los otros países aquí mencionados. Pero Nicaragua duele también y duele mucho. Todos los pueblos y todas las ciudades tienen "eso", su "algo", pero todo ello se ve desvanecido en cuanto giramos la mirada a la otra parte. Si giramos unos grados la mirada vemos que la mayoría de la población desde la clase media baja hasta la pobre en extremo está siendo desplazada hacia las periferias; los sectores más "productivos" (porque emplean más) económicamente son los más beneficiados o favorecidos por los impuestos que todos pagan por igual. Es decir, los países tienden a favorecer a un sector de la sociedad y no invierten la misma proporción en el resto del territorio, por ejemplo, mejorando la seguridad, alumbrado, pavimentación, en general todo tipo de servicios, para las zonas comerciales o turísticas, olvidando o relegando el interés por las zonas habitacionales o los sectores más desfavorecidos. Es verdad que se debe tener una estrategia de trabajo, y que los servicios y el mejoramiento de la ciudad debe comenzar por algún lugar, pero el contraste se aprecia tan grandemente, que tiene más el cariz de la inequidad y el olvido que el de un verdadero desarrollo estratégico. Tal vez el cuadro más desgarrador y que difícilmente puede ser puesto en discusión es cuando visiblemente la población luce: cansada, desnutrida, carente de vitalidad y alegría desde los primeros años, la edad más productiva que es la juventud y la edad más importante que son la madurez y la madurez mayor. En todas estas etapas se pueden apreciar individuos poco desarrollados físicamente, con los ojos obscuros y su madurez, tempranamente envejecida, sin haber podido entregar todo lo que podían regresar en crecimiento y aportes a la ciudad y al pais. Los territorios en que la mayoría de la gente vive, cuando regresa a sus hogares para descansar de la dura jornada son solo eso, lugares para repostar las baterías, para dormir el cansancio, para poner un somnífero al dolor con las grandes esperanzas. Las sociedades están siendo desplazadas de los centros, de sus centros, de lo que quizá en otro tiempo era su ciudad, habitable, caminable, entrañable. Pero en un movimiento de sobrevivencia o más bien dependencia, regresan todos los días al centro de la ciudad, su centro de trabajo, entonces agradecen que haya rutas rápidas, sistemas de transporte eficientes, comida rápida e informal a la mano en sus trayectos. Los habitantes de las provincias poco a poco se hacen dependientes también y con el tiempo la importación de la misma dependencia destruye su autosuficiencia rural, poco a poco, los pueblos cercanos no solamente dependen más de las grandes ciudades, sino que son absorbidos también económicamente, a tal grado que la vida deja de concebirse sin vivir desmembrado entre el trayecto de regreso a la vivienda, el trabajo y el hogar. Es triste en todas partes, ya sea en las grandes ciudades o en las pequeñas poblaciones, observar las horas robadas a cada ser humano mientras se desplaza de un lugar a otro, implorando a través de su fe que su traslado sea seguro, corto y aunque sería pedir mucho: agradable. Es triste digo, porque la fe que tiene el pueblo, se recarga toda en la súplica por la conservación de la vida cotidiana, que en este juego complejo e inequitativo de ir y venir, se transforma en una ruleta rusa que opera en todas partes sobre los seres humanos que se desplazan todos los días para poder ir a trabajar. No es extraño entonces que en centroamérica se viva con miedo, las caras de todos y todas apenas aceptan la sonrisa del extraño, del recién llegado, del extranjero, del desconocido. Por el grado de aceptación he podido medir el miedo, por esa aceptación a la inquietud del forastero, a la duda del desorientado que pregunta por una calle o que quiere simplemente pedir permiso para pasar; se puede saber según yo y el departamento de alta psicología terrícola de la universidad de júpiter en saturno: mucho. Yo diría que en Guatemala percibí miedo de la gente antes de que sepan lo que estás preguntando, luego desinterés; en el salvador desconfianza, hasta el momento en que comprenden que tienes una duda y después una inusitada solidaridad contigo, que llega al punto de la preocupación por la persona misma. En El Salvador llegué a sentir que si seguía demostrando mi inocencia y debilidad, la gente de verdad me acompañaría hasta mi casa de la mano, sin importar lo demás; En Honduras la vida del otro no vale nada, lo siento, lo sentí, la gente común carece de memoria y tiene una orientación geográfica inocente, o intenta embaucarte astutamente. En Honduras, los grandes corazones, guardan silencio, son las almas más calladas, los otros, no. Quizá por eso los autobuses de transporte colectivo son silenciosos, quizá la gente es muy buena, pero esa, se esconde muy adentro del bullicio; En Nicaragua la gente tiene miedo pero quisiera ayudar, es una mezcla extraña entre lo que sucede en honduras y el salvador. En Nicaragua la gente cree que no puede dar más porque de cualquier manera siempre lo da todo, si yo fuera su psicólogo insensible, diría que son víctimas totales, diría que lo saben, diría que no les gusta sentirse así y diría que tampoco saben qué hacer con ello. Diría que en su estado mas sano, dan todo y ya, naturalmente, así de simple y quienes estuvieran en el otro polo no pueden concebir que alguien de algo sin algún interés. Si quisiera ser sumamente simple y mal explicado, diría que entre esos dos extremos oscila el carácter y contradicción de los Nicas. En una participación del publico en el reciente congreso de antropología en Honduras, preguntaron al ponente porqué razón en Nicaragua no había maras como en el Salvador. A la respuesta satisfactoria (que no la del congreso) yo le otorgaría el nóbel de centroamérica. Los costarricences se cuecen a parte porque son ticos. Gran porcentaje de la población sufre del mismo problema: incapacidad de expresar su disgusto. Una amiga me describió este síntoma de una manera muy cotidiana: "Si a un tico le preguntas cómo te ves, y no le gusta como te ves, te va a decir: mmm yo creo que hace mucho sol para esa ropa, o, esos colores van mejor con el frio del invierno, etc. Pero nunca te dirá que NO LE GUSTA y punto." La incapacidad para poder asimilar sus propios sentimientos podría ser la constante en su funcionamiento afectivo. Ello se ve reflejado en su conducta: Los ticos tragan, pero no digieren; se amontonan ya arriba, cerca de la entrada del autobús y no pasan para atrás. Si algo les molesta, lo suavizan porque "¡la paz es el símbolo de los Ticos!". Tienen una enorme conciencia de todos sus males pero solo unos cuantos se asumen con la capacidad de enfrentarlos, el resto decide padecerlos estoicamente, o desde la auténtica debilidad asumida humildemente. Decía Teresa de Ávila "La humildad es verdad" y en ellos se cumple cabalmente. Esta humilde debilidad los hace tender a la honestidad al menos con el exterior, por eso existe la fama de "la honestidad de las mujeres ticas". De ahí que los extraños los vean como personas muy honestas, pero "blanditos". Un Tico cumple y hace lo que se propone. Los Ticos, siempre tendrán problemas estomacales o intestinales y todo ello se lo atribuirán a las bacterias de la comida. Qusiera poder terminar este artículo alguna vez... En la ruta...

sábado, 19 de febrero de 2011

Como en México!

Me resulta desconcertante la ciudad de Antigua, tal pareciera que si un destino es turístico para el extranjero como "Pueblo mágico", se salva, pero se condena.


De una parte se salva porque el destino permanece hermoso, intocado, con el porvenir seguro de que será vigilado en su desarrollo como localidad, pero esa delgada cobertura benévola palidece cuando aparece nuevamente el pueblo, la gente de a pie que ha habitado por cientos de años aquella zona y que nada la protege.


Tal como muchos "Pueblos mágicos" en México, Antigua es una ciudad para visitar y disfrutar tanto por su tranquilidad (cosa escasa en Guate la capital) y su rural belleza. Si ponemos en un lado a la ciudad de Antigua y en el otro cualquiera de los muchos "Pueblos mágicos" de México, casi no notariamos diferencias. Incluso los precios vuelven a estabilizarse en una simetría tan pertinente que da escalofrío por su exactitud, si pensamos en una sincronía. Vuelve a haber lugares accesibles económicamente y lugares que ni el extranjero europeo promedio se podría permitir tan fácilmente. No así en Guate, donde si decidiéramos comer todos los días de un año en un lugar distinto, sin repetir y económico (17 pesos mexicanos la comida), seguramente nos sobrarían los lugares.


Pero qué quiero resaltar con esto? Lo que me sugiere esta circunstancia es que un determinado país puede tener el nivel que tenga, pero los destinos "mágicos" han prosperado y lo hacen en una isla independiente. No estoy diciendo que la economía del país no tenga absolutamente nada que ver con el desarrollo particular de sus comunidades, sino que me asombra que en este destino, la identidad es casi total. Si yo intentara hacerme una idea de la economía del país de Guatemala a partir solamente de este "destino mágico", sin pensarlo mucho la pondría a la par de la economía mexicana. Pero esto sería equivocado y aquí es donde surge la idea de la condena.


La condena del lugar "mágico" radica nuevamente en la expulsión o tendencia hacia la expulsión paulatina de los habitantes originales.

Tengo la impresión de que esta expulsión es menos consciente de lo que es en las grandes ciudades como en Guate (la capital), donde la gente humilde que vive, come, pide, duerme, comercia, etc. en el centro de la ciudad es descaradamente expulsada de las zonas de las que ya se han apoderado los establecimientos "privados y legales".


Digo que tengo esa impresión, pues en Antigua, algunos o una cantidad considerable de los propios habitantes originales, tienen un "decoroso" lugar en los mercados de artesanías, que son VITALES para este tipo de destinos turísticos. Por eso pienso que es menos consciente la expulsión, porque la necesidad que tienen de ellos, en tanto que son ornato (perdóneseme la expresión, hago incapié en el carácter utilitario que tienen para algunos) del sitio, pero no solo eso, porque además tal como la sangre del cuerpo, mantienen con aspecto vivo al lugar (dotandolo de cultura, artesanías y tradición) que se enriquece de los ingresos turísticos.


Es inconsciente porque si ya se hubieran percatado de esta simbiosis entre ambos (habitantes originales e inversionistas locales o foráneos), la solución racional sería favorecerla en igualdad de oportunidades, pero como he dicho: los habitantes originales pueden tener un local en el mercado, pero no se les aporta el recurso económico inicial para fundar y dirigir una: "casa del huéspedes con restaurant de y atendida por Kaqchikeles".


Sería fabuloso para el turista extranjero ávido no solo de aventura sino de contenido cultural, poder compartir la mesa, la comida, los olores y el día a día en una opción menos occidental como "hotel" u "hostal" o etc. Hacer justicia distributiva por otra parte con aquellos que son dueños, fundadores, transformadores y guardianes de la cultura milenaria.


Sería maravilloso que no se les condenara a vender frutita en puestos improvisados o carritos en las plazas, o mientras caminan por el arrollo vehicular. Sería inteligente apropiarlos de bienes, ayudarlos a ser propietarios reales y no solo encadenarlos a cocheros en una carreta con caballo que "debe tener un costal atrás para que no tire caca". Sería inteligente digo, porque condenar a los habitantes originales, es condenar la magia del lugar.


Cuando la ciudad de Antigua pierda o termine de expulsar a su pueblo, no habrá más magia en ese lugar, no estará más... en la ruta...



Ubicación:Ciudad de Antigua, Guatemala

viernes, 18 de febrero de 2011

Guate

En la ruta, he estado pensando una y otra vez la frase de aquél amigo del bus (que relacionaba magníficamente la idea del a pobreza con la inseguridad), tratando de entrever porqué razón me rebota tanto por otro lado, la idea de que se diga simplemente: Guatemala es más inseguro que México o Guatemala es más pobre que México y cosas por el estilo que si bien, falsas no son, me parecen por otro lado una odiosa simplificación de lo que verdaderamente sucede.


En Oaxaca existen fuertes contrastes económicos, basta caminar un poco por el Andador Turístico para percatarse de que un traje de dos mil dólares ataviado por una señora de la high, puede sin la más mínima sorpresa transitar al lado de una familia sentada en la acera que se prepara para desayunar, comer o cenar (o ninguna de las tres) a partir de tortillas con chile.


El hijo menor, aprovechando la ocasión extiende su bracito con una jícara de plástico, el padre toca el acordeón y la hija mayor cuida al bebecito que apenas puede parar de llorar de frío o de hambre entre su pequeño regazo, mientras la mamá alista taco por taco.


Eso es un contraste. Acá como en Oaxaca los hay por todas partes, pero entonces ¿cuál es la diferencia?
La gente pobre, a través de leyes, decretos, planes de desarrollo, etc. poco a poco es expulsada hacia la periferia de las ciudades. En Guatemala, si bien existen ciertos lugares donde está prohibido el ambulantaje o el comercio informal, la gente humilde puebla las ciudades, las calles les pertenecen aún.


Lo anterior me ha llevado a pensar sobre todo en ¿qué es lo que nosotros hicimos con nuestra gente humilde?
En cualquier lugar donde se permite el comercio informal, sea el DF, Oaxaca, Guanajuato, Xalapa, etc. la gente que tiene necesidad ejerce su economía a través de la vendimia.


Es expulsada cada vez más hacia la periferia, pues "El centro histórico" debe permanecer virgen y hermoso para todos los paseantes. En Guatemala hay una calle específicamente donde esto sucede, se llama Avenida 6, en ella los principales establecimientos de comida, vestido, trasnacionales, placitas y etc. han empezado a "limpiar" la ciudad.


Es la calle más segura sin duda, está poblada aquí y allá de agentes de seguridad privada contratados por cada uno de los establecimientos.
La avenida siguiente a ella puede ser un peligro después de las seis o siete de la noche, pero no esa avenida, sino te sales de ella, todo estará bien al menos hasta que los establecimientos comiencen a cerrar sus servicios.
Es muy probable que nuestra gente humilde haya tenido que ser obligada a emigrar después de que les impedimos que vendieran fruta, ropa, comida, productos importados, etc. en las calles. Es altísima la cantidad de dinero que recibe México a través de remesas, es muy probable que nuestra gente humilde haya sido exportada y por ello, podemos sin mucho problema crear leyes por aquí y por allá que tiendan a abolir el comercio informal, que yo llamaría "auto empleo por necesidad".


La gente que aquí tiene un trabajo de ocho horas es afortunada, pero tampoco debemos de sentirnos afortunados nosotros en México pues en caso de perderlo y no encontrar uno nuevo, difícilmente podríamos pararnos a medio zócalo a vender fruta con una carretilla o comida así sin más, aquí si.
La gente que aquí tiene un buen trabajo, es escasa. Pero tampoco debemos sentirnos tan afortunados en México porque aquí y allá hay pocos buenos trabajos. El filtro de aquí sin duda es la educación, se percibe que hay pocos profesionistas, pero tampoco debemos sentirnos a salvo o superiores en México, porque al aumentar el número de profesionistas allá, el número de ellos desempleados o trabajando de otra cosa es cada vez mayor y entonces hace falta una nueva especialización para poder sobre salir y adquirir un posible buen trabajo.


Se dice que muchos estados de la república mexicana tienen mejor educación que el país entero de Guatemala, y tal vez eso sea cierto, pero nuevamente objeto esa idea tan simple.
Algunos estados han hecho lo que han podido para sacudirse a su gente humilde, ella, tiene que refugiarse en otros estados, emigrar al extranjero. En las grandes ciudades, masas enormes de gente en pobreza extrema vive apretujada en viviendas casi invisibles.


Hay estados que podrían tener mejor educación, pues han comprimido hacia el exterior a "la población indeseable" y sacudídose el problema, mientras masas de clase media baja, media alta y para arriba, crecen y se multiplican; todos ellos piden educación y la tienen, ahí donde los muchos estados tienen una mejor educación que muchos países.
Muchos gobiernos piensan que por no verlos (a su gente humilde) en las calles del primer cuadro de la ciudad (vendiendo, pidiendo limosna, sobreviviendo), tal como aquí en Guate en la Avenida 6, no existen. Y claro que no existen ahí, pero todo ese cuerpo de seguridad contratado por los establecimientos para resguardarlos, son la prueba clara de que el enemigo está ahí, vivo, el enemigo come y necesita, el enemigo es de nuevo la pobreza.


La pobreza será comprimida cada vez más hacia la periferia hasta que se disperse por la misma necesidad, impedida cada vez más a accesar a la metrópoli por recursos y emigrará; volverá esporádicamente en forma de forajidos que despojan de sus pertenencias a quienes viven dentro de los muros de la ley; o volverá algún día de esos en que todo parece muy tranquilo, un primero de enero, no como forajido, tampoco como emigrante que regresa, sino como la inmensa mayoría que reclama su ciudad.

Ubicación:Guatemala de la Asunción

jueves, 17 de febrero de 2011

De Maras y mujeres

Considero que difícilmente podría abarcar todo lo vivido este día, más por
una deficiencia en mi capacidad de narración y síntesis que por una auténtica crónica inacabable que al final señalara tan solo el hilo negro de lo que seguramente todos alguna vez ya han sentido.
Por ello, debo concretar que ha sido especial este día y para seguir el ejemplo de una de mis mejores interlocutoras que la vida me ha mandado como maestra, voy a tratar de mostrarlo con algunas frases y comentarios que recuerdo de algunas conversaciones que tuve durante el viaje con dos salvadoreños que se dirigían de vuelta a su tierra. Adjuntare algunas fotos del trayecto que narrarán otra historia por si solas.


"A la mujer bajita y la yegua baya, ábrele mejor la puerta para que se vaya."

"Es que las mujeres bajitas son maaalas, yo anduve con una y mira, me olía los calzones para ver si olían a mujer; o cuando me venia, agarraba mi semen y se lo quedaba mirando y decía: ´mmm mira que raro esta este semen, seguro que ya te estas acostando con otra´. Las mujeres bajitas son malas, yo la dejé porque me quiso matar."


"En las noches me despierto y lo primero que pienso es: ´mis hijos, ¿les estará faltando comida?´ y los veo a escondidas para pasarles remesa."

"Cuando dos se separan, los únicos que sufren son los hijos. Yo la quería matar para que ya no siguiera haciéndome daño y por miedo, pero ¿para qué dejarle a los hijos rencor para toda la vida por su madre? Mejor me fuí..."


"La tercera vez que me trataron de matar, llevaba a mi hijo de diez meses en los brazos, yo sé quien fue, me lo mandaron porque me debían un dinero y al salado este, se le hizo más fácil matarme que pagarme lo que me debía."


"Yo trabajo en Tapachula, vengo de El Salvador, pero ayer que venía, me dijeron que mi hermano se murió y me tuve que regresar, no he comido nada desde ayer."


"Pensé que había visto, mira dije, ahí va el Kalimba en el bus." (refiriéndose a mí)


"Me dijo que la habían tenido secuestrada tres años en Reynosa (Tamaulipas), llevaba un bebé en sus brazos como de diez meses, me contó y nomás se me hizo un nudo en la garganta; me quería pagar con su cuerpo por el favor de traerla y darle para que llegara de regreso a su país; Me quería pagar con su cuerpo en el hotel donde nos quedamos, pero le dije ´¿cómo crees? No. A mí también me han hecho favores´."


"Los Maras hacen mucho en mi país por la gente que necesita. A los gringos que vienen en la bicicleta ni les hacen nada y si se les poncha la llanta, hasta los ayudan con el pinchazo, eso si, luego el gringo les da su propina y quedan felices."



"En Guatemala es más peligroso, aquí nomás te andan viendo lo que traes, allá en El Salvador, ni se fijan."
"En todas partes es inseguro en algunas zonas, el enemigo donde quiera, es la pobreza."

En la ruta...

Epílogo: Me doy cuenta de que las historias que escucho en este trayecto son de norte a sur, así las he llamado por el contenido. Las historias que todos conocemos a través de las películas que persiguen el "american dream" son historias de sur a norte.
En El Salvador es legal estar armado, se sabe que siete de cada diez personas tienen una o más armas.

P.D. Gracias Nata.

Ubicación:Guatemala

miércoles, 16 de febrero de 2011

El camino de la bestia con epílogo

Recuerdo que hace alrededor de cuatro años, antes de que comenzáramos a "ganar la guerra contra el narcotráfico", Tapachula tuvo un brillo sangriento que duró algún tiempo, tal vez muy poco si pensamos, solo si pensamos, en términos de lo que después seguiría en la escalada de violencia del país.
El asentamiento de los llamados Maras en este territorio fronterizo causaba un mórbido interés que quizá tuvo uno de sus puntos climáticos cuando se difundió la noticia de que un periodista español, quien realizó un interesante documental acerca de la vida de una de estas pandillas, fue ultimado en algún barrio de San Salvador.


Yo sabía el nombre, ahora a vuelo de pájaro solo recuerdo su cara, algunas escenas del documental y su nacionalidad.
El dato está al alcance de un clic, siempre y cuando se cuente con una conexión de banda ancha, de la que a veces (y este es el caso) se carece en la ruta.
Otros cuadros no de menor impacto, que suceden en este lugar, tienen que ver con "La Bestia", nombre con el que se le conoce al tren carguero que transporta sobre sus techos a miles y miles de indocumentados que arriesgan sus vidas para alcanzar el "american dream".


He visto el lugar por donde pasa La Bestia, lo veo ahí tal y como también era por la casa en que crecí a más de cuatrocientos kilómetros de aquí. Quise tenerle miedo y respeto por todos los centroamericanos que montándose en él, hacen el viaje más espeluznante que pueden hacer los seres humanos hoy en día.
Quise, decía, porque no pude, el camino de La Bestia como el de tantos trenes, vacío, solo representa la ausencia de esperanzas que no pasan por ahí en ese momento. El camino de "La Bestia" solo toma su nombre cuando ella, "La Bestia" lleva como un Virgilio inverso, sobre sus lomos, no al descenso sino cuesta arriba, al infierno, al norte.
Y es el infierno seguramente, porque para ellos, el infierno comienza en México, la salida del paraíso donde se circula semi-libremente acaba en la frontera de Guatemala con México.


Por aquí y por allá es fácil descubrir a los inmigrantes a través de sus miradas, ellos las tienen esquivas, ellas las tienen tristes y cada vez que sonríen quizá querrías sentir que te piden ayuda.
De los residentes locales, los hay muy hermanados con la situación por la que atraviesan éstos y también de los otros, de esos que solo tratan bien a los propios del país o a los extranjeros.


Los primeros son lo más hermoso que tiene esta tierra, muchos de ellos también son inmigrantes, que fundan colonias sobre la carretera con nombres nostálgicos que repiten los de su lugar de origen en centroamérica; otros van y vienen tanto, que todo mundo puede jurar en cada destino que pertenecen a ese lugar; hay aquellos de los que todo mundo ya olvidó el motivo de su llegada, como los chinos, pero tienen su historia y se comportan solidariamente, al nivel de un antiguo inmigrante, que no olvida que: llegar, es pavoroso.


De los otros residentes locales, está de más hablar, cualquiera los puede reconocer y cualquiera los puede llegar a defecar al baño más cercano, donde sea que hayan nacido o venido.
En Tapachula comienza para quienes nacieron más al sur y van al norte: la trampa. Para quienes van al sur, aguarda lo desconocido....

En la ruta....

Epílogo:
Importante mencionar se aprecia un gran número de religiones además de la católica, lo cual hace este sitio aún más interesante por el fenómeno. También es interesante que "nuestros propios extranjeros" (los que discriminamos por pertenecer a grupos indígenas, dueños auténticos y milenarios de esta tierra) pasan desapercibidos una vez más, ahora por el choque fronterizo entre dos naciones.


Yo percibo que tal circunstancia, al mismo tiempo que los lleva y trae dentro de esta marea contemporánea, los hará nuevamente, otra vez: "Los sobrevivientes del mundo mágico", tal como por otras razones, los llamó Laret Sejourné.
Foto epílogo del epílogo para May, donde se muestran dos mundos conviviendo en el mismo lugar y se demuestra que muy probablemente uno de esos mundos, es ciego.






















En la ruta...

Ubicación:Tapachula, Chiapas

martes, 15 de febrero de 2011

Mar

"Es una playa plana plana.... y ahí llegan las tortugas", me dijo un amigo. Boca del cielo no vale tanto la pena, ni el estero, mejor quedate ahí, en puerto arista.
Decidí desviarme hacia allá para conocer una de las playas principales de este estado. Ahí, se tiene la impresión de que le ha tomado mucho tiempo crecer como destino playero.


Tal vez se deba a que los extranjeros al considerar las playas mexicanas, tienen en mente los destinos del caribe y ribiera Maya o acaso los ya históricos y conocidos destinos del pacifico que desde los años sesenta cobraron fama y que hoy son el destino obligado de la ola que año con año forman los llamados springbreakers.
Quizá las playas de Chiapas quedan muy lejos para aquellos que no viven en el mismo estado o podría ser que la calidez del pueblo se sintiera ausente en ese destino, en parte por las amplias propiedades en que sus moradores se extienden y dispersan, no por tratarse de millonarios, sino porque ahí hay mucho mucho espacio.


Algunos lotes, quizá los mas pequeños tienen al menos veinte o cuarenta metros frontalmente y se extienden por cien o doscientos metros hacia el fondo, justo al lado de la carretera.
Ya en la playa las propiedades no son mucho menores y hay incluso zonas obscenamente abandonadas, propiedades que dan a la playa principal.
Sea por la razón que sea, Puerto Arista no tiene policías en las calles, tal vez solo se llena en temporadas vacacionales por los tuxtlecos que deciden darse una escapada, es enorme, azul, fino en su arena y hermoso por muchos ángulos.


Las tortugas marinas son sin duda el atractivo mas emocionante, es fácil también imaginar todo lo que se podría vivir en esa playa en la que por todas partes hay hermosos arboles de palo de rosa, enormes. Es fácil imaginar todo lo que ahí uno podría vivir y recordar para siempre.
Nunca en ninguna parte, se vio una playa tan hemosa, tan enorme y tan conocida, tan sola y serena.


Pero tal vez y solo tal vez la razón de su enigmático y fantasmagórico vacío humano en estos días sea que no está....

En la ruta...

Más fotos de Puerto Arista

Ubicación:Puerto Arista, Chiapas.

Tapanatepec







En la ruta...
Silencio... El clásico fulgor con que las mujeres del Istmo de Tehuantepec se expresan, es detenido por un momento. Sucede que muchas de ellas no son del istmo y tal vez, como muchas personas aquí, tampoco nacieron en este país.

La frontera aun esta a mas de cuatrocientos kilómetros, sin emabargo, las casetas telefónicas comienzan a mostrar los costos por minuto a todas partes de Centroamérica, Ecuador, Nicaragua, Guatemala, etc. todo a precios accesibles.
Una camioneta con policías detiene a una particular de tres toneladas, revisan cuidadosamente la caja mientras hacen preguntas al conductor.
El lenguaje es la identificación mas vigente en este lugar, el calo propio de las y los oaxaqueños del istmo de tehuantepec es inconfundible e inimitable, se nace en él y se crece con él.





Cada uno trae su propio modo de hablar y difícilmente se conoce otro o se adapta a otro de manera exacta.
Aquí en tapanatepec la gente calla, es el istmo y la frontera es lejana, pero aquí sobre todo, se valora mucho el silencio, el habla es delatora y podría arruinar muchos planes.

Ubicación:Oaxaca